* dar lo que te sobra no es compartir , sino dar limosna !!! *

Aprendi que quien no te busca,no te extraña, y quien no te extraña, no te quiere, que el destino determina quién entra en tu vida, pero tu decides quién se queda. Que la verdad duele una sola vez y la mentira cada vez que nos acordamos... Que hay tres cosas en la vida que se van y no regresan jamás: las Palabras, el Tiempo, y las Oportunidades ! por eso, valora a quien te valora y no trates como prioridad a quien te trata como una opción ...

lunes, 22 de septiembre de 2008

* ADN y MUSICA *

"Desde hace tiempo venimos trabajando con la representación sonora del genoma, esto es, la estructura genética del ser vivo. Para los que nos interesamos simultáneamente en la música y en la genética, es evidente que en ambos casos tratamos con conjuntos significativamente ordenados de elementos básicos, que adquieren un significado al ser interpretados. La interpretación de una secuencia de notas musicales con un instrumento es de hecho idéntica a la transcripción genética de una secuencia de "notas genéticas". Las notas genéticas son sólo cuatro, correspondientes a cuatro estructuras químicas determinadas, los nucleótidos adenina, citosina, guanina y timina, que se reconocen por sus iniciales ACTG. El material esencial de la vida, el ácido desoxirribonucleico, o ADN, es como una partitura en la que se enlazan progresivamente esas cuatro notas. En realidad, estas cuatro notas están, para dar lugar a unidades "con sentido", agrupadas en la partitura en tripletes compuestos por notas distintas o repetidas (como CCG o CAA); cada uno de esos tripletes "significa" en química un aminoácido). Un gen es como una "obra musical" cuya expresión da lugar a una secuencia ordenada de aminoácidos, una proteína, con una función determinada en el proceso de la vida. Nuestro trabajo ha consistido en transformar en notas musicales las notas de la partitura genética de distintos genes.La estructura ternaria de los nucleótidos nos permite utilizar unidades ternarias de compás. A veces hemos encontrado en el genoma secuencias cuyas combinaciones ternarias carecen de sentido para la formación de una proteína. En esos casos, hemos podido aplicar, con una mayor libertad, otras divisiones del tiempo musical, por ejemplo compás binario, o compás de cuatro por cuatro.Trabajando los nexos existentes entre los datos de material genético y la composición musical nos ha sorprendido la similitud entre las series de tripletes usando los elementos A, T, G y C y el lenguaje de la música, es decir el ritmo. La observación particular de cada gen o genoma pone de manifiesto ciertas "áreas" o secuencias parecidas entre estructuras propias de la música y las de la propia vida orgánica. Hemos visto a veces con asombro la repetición de 15 o 16 tripletes seguidos de CAG, CAG, CAA, un verdadero "obstinato" de un mismo aminoácido, glutamina. Esto es lo que sucede en el gen SLT2 descubierto por el grupo de investigación del profesor César Nombela y que tan gentilmente nos ha confiado su traducción musical.Al igual que en música, el ritmo sería la parte de lenguaje básico en el que reposan melodías y donde la armonía permite la interacción entre los elementos como lo hace el agua en la materia viva. El término "Música sobre el genoma" es, porque sobre la secuencia sonora que obtenemos al transcribir el genoma en notas musicales, hemos instalado ritmos y sonidos; así, una melodía libre se hace escuchar en correspondencia con la música básica del genoma, repetimos, con toda la libertad que permiten las leyes armónicas. Para los que creemos que el hombre es un espíritu o alma digamos que la melodía estaría cantada por el alma y dirigida a otras almas. En el universo del ser humano también el hombre se vale de su cuerpo y mente para comunicar con sus semejantes. La música del genoma es la primera que otorga el poder de influencia de los genes sin apartarse sin embargo del carácter espiritual de la Música." Aurora Sánchez SousaFernando BaqueroRichard Krull

viernes, 12 de septiembre de 2008

* Jodorowsky: un Artista del Tarot *

Hasta donde le alcanza la memoria, Alejandro Jodorowsky tuvo siempre la manía de ayudar a los demás. Tal vez porque, a los 79 años, ese personaje misterioso -mezcla de místico, psicoanalista, brujo, historiador y poeta- sigue convencido de que la felicidad es el estado natural del hombre y está seguro de que casi nadie lo sabe. Cuando tenía apenas 9 años y vivía en Santiago de Chile, comía una banana en la puerta de su casa cuando un niño pobre pasó corriendo y se la arrebató. "Al día siguiente, a la misma hora, estaba yo en el mismo sitio con una banana igual para que ese niño pudiera comer", relató a adn CULTURA en su casa, durante una tarde de verano. Nacido en Chile, francés por adopción, director de delirantes films de culto ( Santa Sangre , El Topo ), fundador del movimiento "Teatro Pánico" con Fernando Arrabal y el dibujante Roland Topor, autor de historietas que se venden por millones, novelista y poeta, "Jodo" es, sobre todo, una vedette universal del tarot. Cada miércoles de su vida, a las 5 de la tarde, el hombre se sienta a la mesa de Le Temeràire, un discreto bar del barrio parisino de la Bastilla. Allí, hasta pasadas las 22, lee esas cartas misteriosas en forma pública y gratuita a gente que llega del mundo entero y espera su turno en un ambiente de tanta devoción que, a riesgo de ser blasfemo, podría calificarse de "misa solemne". Porque, ¿cómo decirlo?, aquel que nunca vio a Jodorowsky tirar el tarot no ha visto nada. Si nunca lo vio, que vaya. A cualquier precio. Que falte al trabajo, que le mienta a su pareja, que saque un pasaje a crédito, pero que viaje a París. Poco importa si es crédulo o escéptico: de todos modos, la experiencia lo dejará con la boca abierta. Lo mismo dirían John Lennon o Federico Fellini, dos de sus fervientes admiradores, si estuvieran vivos. Porque ese "psicomago", afectuoso y paternal, no predice el futuro: ilumina "el presente, con el propósito de ayudar a la gente a vivir mejor". -¿Usted cree realmente que el tarot dice cosas? -Desde luego. Claro que sí. Pero yo no soy Nostradamus. Soy un hombre honesto que leo el presente. La gente tiene problemas que quiere resolver hoy. -¿No será que usted es un psicoanalista de los crédulos? ¿Que usa el tarot para que surjan los traumas escondidos sin necesidad de hacer terapia? -En cierta forma. La mayor parte de las preguntas que la gente hace tienen que ver con traumas de la infancia. La gran diferencia es que el tarot da respuestas y soluciones. Para mí, el tarot es un instrumento, un test psicológico para comprender dónde está el bloqueo y encontrar la explicación en el pasado de cada uno. El miércoles que adn CULTURA asistió a la sesión pública de tarot, se sentó frente a Jodorowsky una espléndida española de 40 años. -Mientras mezclas el mazo, piensa en la pregunta que quieres hacer y me la dices -le indicó con suavidad. -¿Por qué todo me va mal? El trabajo, el amor Todo. -Cuéntame algo de tu vida. ¿Cómo es tu familia? -Mi padre murió. Mi madre vive y yo soy hija única Bueno, en realidad, mi madre tuvo un niño antes que yo, que murió cuando tenía un año. -¿Y cómo se llamaba? -Antonio. -¿Y tú te llamas Antonia? - Sí. -Pues no me sorprende que las cosas te vayan mal: tú no existes. Hasta nombre de hombre tienes. Lo que todavía no has comprendido es que lo que pasó no es problema tuyo, sino de tu madre. Tira tres cartas. Cuando salieron las tres barajas, las estudió y dijo: -Aquí veo el amor, el trabajo y tu realización personal. Pero antes, tendrás que hacer algo por ti misma. Comprarás dos kilos de pasta de almendras. Irás a tu casa, te desvestirás y, una vez acostada en la cama, te pondrás la pasta estirada sobre la piel y te dormirás, para que tu hermano deje de una vez tu cuerpo. Después no tires la pasta, haz con ella un muñequito, escoge el día del mes en que murió tu hermano y llama a tu madre para decirle que pasarás a tomar el té. Cuando llegas, se lo ofreces, esperas que coma un pedazo y recién entonces le dices: "Mamá, he venido a decirte que hoy cambié de nombre". Después de Antonia, le llegó el turno a la italiana Donatella, que con 25 años ha decidido inconscientemente seguir siendo una adolescente para que su padre no la deje de querer. En tres preguntas, Jodorowsky fue capaz de adivinar que esa bella mujer con voz de pajarito nunca había tenido una menstruación. Donatella tendrá como tarea aprender a cantar. -¿A cantar? Pero, ¿para qué? -preguntó, perpleja. -Porque todavía no te has dado cuenta de que tienes ovarios. Tienes tanto miedo de descubrir tu cuerpo de mujer que has decidido existir sólo hasta la base del cuello. Por eso hablas como una niña de diez años. A medida que el aire entre en tu cuerpo para aprender a cantar, irás descubriendo todo lo demás. Darío, otro italiano, hijo único, no consigue hacer nada con su vida, víctima de su madre, que decidió hacerle pagar un parto prematuro y difícil. Jodorowsky le toma la cabeza con una infinita ternura, lo mira a los ojos y le dice: "Darío, tú tienes derecho a existir. El mal parto lo padeció tu madre, no fue tu culpa". Y Darío solloza tanto que no puede levantarse de la silla. La verdad, poco importa que el observador atento tenga la certeza de que Jodorowsky le hace decir al tarot lo que él considera necesario. Lo fabuloso, lo increíble, lo que deja sin aliento es la capacidad que tiene ese mago Merlín -reencarnación de Freud y de Lacan- para darse cuenta con sólo tres preguntas de los sufrimientos más recónditos del alma. Todo eso, mientras el crédulo esotérico que tiene enfrente mezcla esos arcanos e invoca a todos los espíritus del más allá. "El tarot permite instalarnos en un espacio donde nuestro inconsciente se halla en estado de hablar de una forma que supera el nivel racional", explicó Jodorowsky al día siguiente. -¿Está seguro de que no le hace decir al tarot lo que le da la gana? -Le aseguro que no. Pero es verdad que, independientemente del tarot, hay fenómenos de intuición y de telepatía para los cuales hay quienes están más preparados que otros. -Usted se refiere a esa capacidad suya de adivinar rápidamente lo que le pasa a la gente. -Sí. Con mucha frecuencia, apenas se sientan frente a mí, me doy cuenta de lo que hacen. Como sucedió con Darío: apenas lo vi, supe que era músico. Por eso se lo dije, porque para él, que trató toda su vida de serlo y nunca pudo, el hecho de escuchar a alguien llamarlo "músico" ya fue una liberación. -Algo que llama la atención en usted es la profunda empatía con la gente que viene a verlo. -Así es. Amar al prójimo es un sentimiento maravilloso, sublime. Un don de la vejez. Piense que yo comencé a tirar el tarot pasados los 40 años. -¿A qué atribuye que venga gente de todas partes del mundo y haga horas de cola para sentarse 15 minutos frente a usted y hacerle una pregunta? -A que quiero a la gente. Los quiero ayudar sin contrapartida. Es simple: la gente necesita sentirse querida. Necesita que le den un poco del amor que no recibieron de niños o del "malamor" que signó sus vidas. Pero, algunas veces, ayudar es más difícil que otras. Porque también están esas preguntas terribles, que tienen que ver con la muerte o enfermedades terminales. -¿Me voy a curar? -preguntó una latinoamericana, víctima de un tumor cerebral. -Naturalmente te diré que sí. Yo sé y tú sabes que el cerebro es el único órgano sensible a la sugestión. Tira tres cartas ¿Ves? Sí, te curarás. -¿Cómo apareció el tarot en su vida? -Fue en Santiago, en un subsuelo de una francesa llamada Marie Lefèvbre, que tenía 60 años y vivía allí con un chiquilín de 18. Era pobrísima, pero siempre había en su casa una olla llena de sopa para todos aquellos que iban a visitarla. Nosotros teníamos 20 años y caíamos en banda, ebrios y sin dormir, al final de esas noches poéticas en las que arreglábamos el universo. Marie nos daba de comer y después nos leía el tarot que tiraba sobre el vientre de su amante, completamente dormido. Así entró el tarot en mi vida. A partir de ese momento, comencé a coleccionar los mazos de tarot y llegué a tener centenares. -Sin embargo, el único que practica es el tarot de Marsella. ¿Por qué? -Durante un viaje a México en compañía de Marcel Marceau [Jodorowsky escribió durante casi diez años los sketchs para el célebre mimo francés], Leonora Carrington, que había sido amante de Max Ernst durante la Guerra Civil Española, me había regalado un mazo creado por el ocultista Arthur Edward Waite, del cual yo no me separaba por nada del mundo. Pero una noche se lo regalé a André Breton, con quien solíamos reunirnos en un café de París, convencido de que lo impresionaría. Breton me miró con desprecio y me dijo que el único tarot que valía la pena era el de Marsella. Él se había inspirado en ese tarot para escribir Arcano 17 . Jodorowsky asegura que a pesar de que no siempre estuvo de acuerdo con el célebre surrealista ("no entendía nada de publicidad, de pornografía, de ciencia-ficción", afirma), éste había sido capaz de sentir que ese tarot tenía algo de mágico. -¿Y cuál es la diferencia con los otros? -Es el más antiguo de todos, data probablemente del año 1000. También es el más puro. -¿Nunca se le ocurrió volverse gurú? -Jamás. Un proverbio tibetano dice: "Si ves un buda vivo, córtale la cabeza". Hay que cuidarse mucho de las personalidades demasiado fuertes. Es verdad que en el mundo actual la figura del padre está cada vez más desdibujada. No estaría mal, en casos excepcionales, que apareciera un gurú bueno e inteligente para guiar a aquellos que lo necesitan. El problema es que cuanto más poder se tiene sobre los demás, mayor es la tentación de dominar, de aplastar. -Usted debe de haber sido un niño muy feliz. -No, mi infancia fue solitaria y triste. Mi madre nunca me tocó. Mi único consuelo eran los libros. De allí debe venirme esa necesidad de tender una mano a los otros. En 1953, cuando llegó a París, Jodorowsky llamó a las tres de la mañana a André Breton. - ¿Y usted quién es? -preguntó el autor de Nadja . -Alejandro Jodorowsky. -Usted debe de estar loco. Primero, yo no lo conozco. Segundo, ¿cómo se le ocurre llamarme a estas horas? -Porque quiero salvar el surrealismo. Breton le colgó el teléfono y no se vieron hasta siete años después. Jodorowsky se quedó con la frustración de no haber cumplido su misión. Sin embargo, gracias al papa del surrealismo, conoció el tarot de Marsella y, desde entonces, su manía de ayudar alcanzó una dimensión cósmica, sobrenatural.
Por Luisa Corradini Corresponsal en Francia para ADN Cultura